¿Quiénes Somos?

María y Joaquín
Somos dos profesionistas compartiendo los libros, las tertulias, la cocina… y el vino es el hilo conductor que nos ha animado a diseñar este proyecto sustentable, solidario y socialmente responsable que es Clos de Tres Cantos. Un proyecto holístico mezcla de viticultura, enología, gastronomía, música y artes plásticas; un crisol único de creatividad para sentir la magia del vino. Unión de filosofía y ecosofía que nos invita a escuchar a la naturaleza y actuar en consecuencia.

En 2009, viajando desde la CDMX, nos bajamos en la Estación de Oficios del Porvenir para incursionar en el mundo del vino y nació nuestra primera etiqueta Resilencia, donde la uva Petite Sirah nos escogió y pasó a formar parte de nuestro viñedo y de algunos de nuestros mejores vinos. Actualmente elaboramos una amplia línea que incluye vino blanco, rosado, tintos monovarietales y ensambles únicos, así como un espumoso Brut Nature y un Pet-Nat, que se definen por nuestros procesos de “mínima invasión”; vinos de autor, sinceros, complejos y bien estructurados, llenos de aromas y sabores que expresan la sabiduría del Valle de Guadalupe.

Nuestra vitivinícola abraza los principios del Pacto Mundial y esta alineada con los Objetivos Estratégicos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, objetivos que queremos compartir con todos los que nos visitan y degustan nuestros vinos.

Como sabemos que el vino se elabora en la viña, el viñedo lo diseñamos de corte orgánico para preservar la fertilidad del suelo y el ecosistema y nos asegure uvas de la más alta calidad. La bodega toma la forma de un monasterio atemporal, diseñado por el Arq. Alejandro D’Acosta, y alineado con criterios de arquitectura sustentable y biofílica, donde la función de los edificios está en armonía con el paisaje de alrededor, incrementando el bienestar y la salud de los visitantes y del personal del Clos.

Trabajamos en una realidad presente, para dejar un legado a las generaciones futuras, donde elaboramos el vino al ritmo que nos marca nuestra pasión, envolviéndolo en su evolución, para que se deguste sin prisa, lentamente.
Buscamos que la calma y la tranquilidad nos contagie, nos emocione y mientras compartimos una copa y una buena platica, contemplemos desinteresadamente la Naturaleza y como fluye la vida que nos sale al encuentro.